La intervención de Rusia en Ucrania el 24 de febrero de 2022 ha sido motivo de gran preocupación para la comunidad internacional. En concreto, el conflicto Rusia-Ucrania, que antes era regional, ha evolucionado hasta convertirse en una disputa global, que ha atraído a todas las grandes potencias y a sus sistemas de alianzas. Sobre todo, este conflicto se ha convertido en una prueba para la arquitectura económica y de seguridad mundial y desafía el dominio que durante décadas ha tenido el sistema de alianzas transatlántico y su “orden internacional basado en normas“. Para abordar el tema y las contribuciones de este número especial, analizamos cómo la intervención de 2022 constituye una prueba de resolución para Rusia como interviniente y para Occidente como defensor de Kiev. A continuación, enmarcamos el debate en torno a las causas de la intervención cinética. Por último, examinamos las diversas reacciones internacionales a la invasión rusa como indicador de un orden internacional cambiante.
Russia’s intervention in Ukraine on February 24, 2022, has been subject of serious concern for the international community. Specifically, the Russia-Ukraine conflict, which was previously regional, has evolved into a global dispute, drawing in all major powers and their alliance systems. Above all, this conflict became a test for global economic and security architecture and challenges the decades-long dominance of the transatlantic alliance system and its “rules-based international order.“ To address this special issue’s topic and contributions, we discuss how the 2022 intervention constitutes a test of resolve for Russia as the intervener and the West as the supporter of Kyiv. Then, we frame the debate regarding the causes of the kinetic intervention. Finally, we examine the varying international reactions to Russia’s invasion as an indicator of a changing international order
