Antecedentes: Esta revisión sistemática y metaanálisis exploran la eficacia de los medicamentos anti-Toxoplasma en el tratamiento de los síntomas de los trastornos del espectro esquizofrénico. Dada la creciente evidencia que vincula la infección por Toxoplasma gondii con la esquizofrenia, comprender estos resultados puede informar tratamientos dirigidos para pacientes infectados con Toxoplasma gondii y esquizofrenia. Métodos: Se realizó una búsqueda exhaustiva siguiendo las directrices de PRISMA a través de las bases de datos PubMed, Scopus y Lilacs para identificar estudios que examinaran los efectos de los antibióticos anti-Toxoplasma en pacientes con esquizofrenia o trastorno esquizoafectivo. Los criterios de inclusión se centraron en estudios observacionales primarios y ensayos controlados aleatorios (ECA) con al menos 10 participantes. El riesgo de sesgo se evaluó utilizando herramientas apropiadas. Se realizaron metaanálisis de las diferencias de medias estandarizadas para comparar los cambios en las puntuaciones de la Escala de Síndrome Positivo y Negativo (PANSS) desde la línea base hasta después del tratamiento. Los análisis estadísticos se realizaron utilizando la versión 4.3.1 de R. Se aplicaron diagramas de embudo y las pruebas de Egger para evaluar el posible sesgo de publicación. Resultados: De 5,491 estudios iniciales, 19 cumplieron con los criterios de inclusión, incluidos 13 ECA, cuatro análisis secundarios, un estudio transversal y un estudio de cohorte. La minociclina mostró resultados mixtos, con algunos estudios indicando mejoras significativas en los síntomas negativos y la función cognitiva, mientras que otros no encontraron efecto. Otros antibióticos, como la azitromicina y la artemisinina, generalmente mostraron beneficios limitados, excepto la arteméter en pacientes con T. gondii IgG . Un metaanálisis de ECA reveló un efecto mínimo de los antibióticos sobre la mejora de los síntomas (-3.12, IC 95percent-flag-change: -5.82 a -0.41). La minociclina, el antibiótico más estudiado, demostró un efecto modesto (-3.99, IC 95percent-flag-change: -8.15 a 0.18). Los efectos sobre los síntomas negativos fueron más pronunciados en estudios con mayores duraciones de seguimiento. No se detectó sesgo de publicación. Conclusión: La minociclina puede tener potencial como tratamiento adjunto para la esquizofrenia, particularmente en pacientes con síntomas negativos resistentes. Sin embargo, la heterogeneidad y las limitaciones metodológicas complican la interpretación. Se necesitan futuros ECA a gran escala para definir el papel de los antibióticos anti-Toxoplasma en el tratamiento de la esquizofrenia, enfocándose en subgrupos como aquellos con perfiles inflamatorios distintos o esquizofrenia en etapas tempranas.
Background and hypothesis: This work assessed the efficacy of anti-Toxoplasma medications in treating schizophrenia spectrum disorders. With emerging evidence linking Toxoplasma gondii infection to schizophrenia, understanding these results may inform targeted treatments for patients with schizophrenia infected with Toxoplasma gondii. Study Design: A comprehensive search of PubMed, Scopus, and Lilacs databases following PRISMA guidelines identified studies on anti-Toxoplasma antibiotics in schizophrenia or schizoaffective disorder. Inclusion criteria focused on primary observational studies and randomized controlled trials (RCTs) with at least 10 participants. The risk of bias was assessed using appropriate tools. Meta-analyses of the standardized mean differences were conducted to compare changes in Positive and Negative Syndrome Scale scores from baseline to post-treatment. Statistical analyses were performed using R version 4.3.1. Funnel plots and Egger’s tests were applied to assess publication bias. Study Results: Nineteen studies met the inclusion criteria from 5,491 screened: 13 RCTs, four secondary analyses, one cross-sectional study, and one cohort study. A meta-analysis of RCTs revealed a small effect of antibiotics on symptom improvement (-3.12, 95percent-flag-change CI: -5.82 to -0.41). Minocycline yielded mixed outcomes, showing improvements in negative symptoms and cognitive function in some studies but no effect in others. Other antibiotics, like azithromycin and artemisinin, showed limited benefit, except for artemether in T. gondii Immunoglobulins G positive patients. No publication bias was detected. Conclusions: anti-Toxoplasma antibiotics may offer potential as adjunctive therapy for schizophrenia. However, heterogeneity and methodological limitations complicate conclusions. Large-scale RCTs are needed further to clarify the role of anti-Toxoplasma antibiotics in schizophrenia treatment.