One of the great concerns of feminist studies has been the relationship, usually antagonistic, that exists between women and the law. Thus, it has been signed, on the one hand, that the law “has been constructed from the male point of view“ which is the one that prevails in society and, therefore, reflects male interests and values, without considering the interests and women's values (Jaramilo, 2000, p. 51); and on the other, that, although the law has been including the interests of women in its construction, that is, its masculine construction has been overcome, its interpretation and application continues to be mediated by this masculine point of view and this harms women. women (p. 52).
Una de las grandes preocupaciones de los estudios feministas ha sido la relación, normalmente antagónica, que existe entre las mujeres y el derecho. Así, se ha firmado, por un lado, que el derecho “ha sido construido desde el punto de vista masculino“ que es el que impera en la sociedad y, por tanto, refleja los intereses y los valores masculinos, sin considerar los intereses y valores de la mujeres (Jaramilo, 2000, p. 51); y por otro, que, si bien el derecho ha ido incluyendo los intereses de las mujeres en su construcción, es decir, se ha ido superando su construcción masculina, su interpretacción y aplicación sigue estando mediada por este punto de vista masculino y ello perjudica a las mujeres (p. 52).
